sábado, 7 de enero de 2012

Algo


La última alma humana acudió de noche al colegio abandonado. Con una pequeña linterna alumbró los pasillos y las aulas desiertas. De pronto creyó escuchar algo. Sintió miedo. Apretó el paso. Se dirigió entonces al laboratorio de ciencias. Allí descubrió un esqueleto humano al que le faltaba una tibia y varios huesos de las dos manos. Luego, con inquietud, apuntó la linterna sobre una hilera de botes con muestras de seres deformes, y nuevamente creyó escuchar algo. Se tensó. Quiso girarse. Pero entonces cayó al suelo como una muñeca de trapo, y perdió la conciencia… sin saber qué extraña criatura la había golpeado.

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